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“Mourinho y el Síndrome de #LaCulpaSiempreEsDeLosDemás”

La verdad es que no tenía intención de escribir este post hasta que acabase la liga: luego mis amigos dicen que no soy un madridista de verdad. Pero la ultima de José Mourinho, mandando al banquillo a Iker Casillas en el último partido del año, me ha obligado a “lanzarme” sobre el ordenador.

Cada vez tengo más claro qué hay detrás de estas decisiones del entrenador del Real Madrid.  Mourihno, como los malos estudiantes, sufre el Síndrome de #LaCulpaSiempreEsDeLosDemás, una especie de distorsión de la realidad que exime, a quien lo padece, de cualquier responsabilidad en los malos resultados para atribuírsela a cualquiera que se mueva por su entorno.

Por eso los malos estudiantes le echan la culpa al profesor (“Mamá, Papa: es que el profesor me tiene manía”). Y por eso mismo, Mourinho, en el tiempo que lleva en el Real Madrid, siempre ha buscado excusas para justificar los tropiezos del equipo, más allá del buen o del mal futbol: entrenadores, jugadores, clubes, árbitros, instituciones, calendarios, miembros del propio club, símbolos del Madrid, médicos, prensa… Siempre ha encontrado alguien ajeno a él para echarle la culpa. Pocas veces ha salido de su boca autocrítica alguna (salvo una menor: no convocar a Morata frente al Celta).

El Sindrome #LaCulpaSiempreEsDeLosDemás es grave en sí mismo, porque rechaza la asunción de responsabilidades. Pero, es grave también porque enmascara otros problemas más profundos que, a la larga, llevan a quien lo padece a vivir en una suerte de “realidad paralela” (una especia de matrix) que le aleja por completo de la “realidad diaria”. Quien padece esta “enfermedad” tiene, entre otros, los siguientes problemas:

1. Errores en la percepción de la realidad: incapacidad para interpretar las señales externas. En las organizaciones, en los equipos de futbol y en la vida misma, no hay nada más importante que tener los sentidos en alerta para saber qué pasa a tu alrededor  y ver por dónde te vendrán los problemas. Eso te permite anticiparlos y, cuando te lleguen, tener ya la respuesta preparada. La frase de Mourinho sobre los pitidos en el Bernabéu, es histórica: “Los oigo, pero no los escucho”. Sencillamente, la grada (y el entorno) estaban equivocados. El, no.

2. Errores en el diagnostico del problema: el problema no soy yo, sino los demás. Para Mourihno, el problema no está en sus planteamientos técnicos, en el futbol, sino en la teoría de la conspiración: todos le persiguen. Pero con una matización: le persiguen a él, no al Real Madrid, y lo hacen, sobre todo, por envidia. El, como le dijo al periodista de Marca “es un entrenador top” (y un entrenador top NO se equivoca), mientras que el redactor era un simple “periodista de mierda”. Esto es más grave de lo que parece, porque todas las energías las gasta en “identificar a los conspiradores” dentro y fuera del Club, no en corregir sus planteamientos futbolísticos. Por eso Mou tira tanto de Curriculum: para autoafirmarse y para demostrar que el problema es de otros.

3. Errores en la toma decisiones: un diagnostico equivocado lleva a soluciones equivocadas. Mourihno hace tiempo que hizo su diagnostico: hay una conspiración contra mí porque soy el mejor del mundo y me tienen envidia. Por ello, sus soluciones pasan por denunciar esa teoría, por forzar la maquinaria del Club a que se alinee con sus tesis, por pedir la unidad de todos en denunciar esa situación y, en última instancia, por castigar a los futbolistas que no se alinean con la teoría de la conspiración. Por eso, las decisiones que ha tomado sobre alineaciones obedecen a “razones conspiradoras” más que a “razones  deportivas”. La lista decisiones desenfocadas es innumerable: todo empezó con Pedro León y ahora pasa por Casillas. En el medio han estado los “toques de atención” a Sergio Ramos, a Ozil, Arbeloa… Tanto es así que incluso castigó a Cristiano Ronaldo por criticar la táctica seguida en los partidos contra el Barcelona en las eliminatorias de Champions! Las decisiones basadas en acallar la conspiración, han complicado gravemente la marcha deportiva del equipo.

4. Errores en la identificación de las batallas a dar: o estás conmigo, o estás contra mí. Un proceso de pensamiento como el que hemos visto solo conduce al frentismo y a la lucha. El año pasado los enemigos fueron la UEFA y el Barcelona. Hace unos meses, los árbitros y la prensa. Hoy, sus propios futbolistas, empezando por los que más representan los valores tradicionales del Madrid, como Casillas. Mañana (si no ya) el enemigo será el Presidente, al que acusará de no apoyarle al 100%, (a pesar de que en la historia de Club nunca hubo un entrenador / manager con poder en todas las parcelas) y de acusarle de provocar crispación. Y, para terminar, el gran enemigo será el propio Club y la afición; veremos cómo el día que salga del Real Madrid acusará al club de inestable y a la afición de “veleta” y poco entendida de fútbol (de hecho, ya lo ha afirmado).

Esta es la realidad de Mourinho: una realidad paralela, una realidad deformada por el síndrome #LaCulpaSiempreEsDeLosDemás. También es la realidad de muchos niños cuando les suspenden y nos dicen que les tienen manía. La diferencia está en que los niños son niños y Mourinho está a punto de cumplir los 50.

Ya se sabía que contratar a Mou era contratarle a él y a su enorme ego. Era la solución a la que agarrarse para frenar el mejor Barcelona de la historia. Era una solución en la que había que poner en la balanza, por un lado, la historia, los valores y el “señorío” del Real Madrid, y, por otro, el estilo punzante de Mou que, eso sí, garantizaba resultados.

Y al final esa decisión se ha convertido en un enorme riesgo, en un clavo ardiendo que está quemando ya las manos del Presidente. Tarde o temprano, el Presidente tendrá que actuar sabiendo que por encima de Mou; por encima de los jugadores; por encima de la afición; por encima del propio Presidente; por encima de todo, de todo, está la Institución. Mou se marchará, pero el Real Madrid ahí seguirá, con su historia, sus mitos y sus ídolos. Y hoy esa institución está en peligro. Y no sólo por la suplencia de Iker Casillas. Aunque también por eso.

Fotografia de archivo publicada por El Economista


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COMENTARIOS3 comentarios
Anda que...
26 Dic 2012 | Responder
Entrecomillar cosas que no ha dicho Mourinho de forma pública carece de rigor.
Ridículo artículo basado en "confidenciales", "off-the-records" y suposiciones baratas.

Es sencillo y respetable escribir "no soporto a este tío". Pero darle una apariencia de argumento meditado es de risa.
21 Ago 2014 | Responder
A diferencia del comentario anterior, estoy de acuerdo con la idea central de este artículo. Me parece que culpar a los demás es una forma de no querer ver los propios errores. Saludos!
Alberto Andreu
22 Ago 2014 | Responder
Gracias por tu comentario
Espere...


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